15.4.10

Lucia

Lucia viste jeans la mayor parte del tiempo, no le gustan las faldas ni los vestidos. Las zapatillas son su segunda piel y detesta las cosas color rosa. Siente a menudo que no encaja en ningún lado, y el mundo es para ella una rareza. Camina a diario a su casa cuando viene del instituto y viceversa, con su bolso con cuadernos y sus gigantes audífonos pegados a los oídos, escuchando la música lo más alto que se pueda y que el mp4 aguante. A sus 16 años cree que jamás entenderá nada, ni a ella misma. No tiene nada claro más que ser vegetariana e intentar a diario que a fito le gusten más las hojas de lechuga y menos los trozitos de carne que su mamá le mezcla con su comida de olores raros comprada en el supermercado. Pero no hay caso, los perros jamás comprenderán que matan a otros animales indefensos para comerlos de almuerzo. Fito es sin duda a ojos de Lucia un desconsiderado, pero sin duda ante eso ella lo ama tanto o más que a cualquier ser humano. Al menos no habla estupideces ni hace a conciencia cosas que ella no entiende. Lo tiene desde que tenía dos meses y había sido recién separado de su madre, era tan indefenso que penas si se podía las patitas traseras. Duerme con ella desde entonces, pero ahora a los pies de su cama ya que abrazados no caben en la cama. Fito es un labrador, por lo que a sus 5 años es enorme, y se mueve más que una persona en una cama de una plaza. A veces cree que la entiende, y otras sinceramente cree que se esta volviendo loca.

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