10.2.11


En especial no me gusta la lluvia, pero la extraña mezcla de truenos y llovizna que hubo hoy (para efectos más prácticos ayer) me transporto a otro lugar y a otro tiempo. El olor a tierra mojada, el sonido atronador proveniente del cielo y lo refrescante que resulto ser la garua: fue la mejor sensación que he tenido esta semana. Me recordó una vez que estuve en Mendoza con mi tía y la lluvia veraniega cayo sobre mi de manera demandante y serena, pero además me recordó el sur de Chile y su característico sabor y olor; ese lugar en su conjunto tienen ese magia propia y auténtica...



Siento una paz extraña, fuera de mi y desconcertante.



5.2.11

...


He estado observando poco; No puedo dejar de ver más allá de mi nariz y me parece que esta pésimo. Estoy preocupándome sólo de esas cosas que no me dejan dormir y atormentan con destrozar la calma que tengo. No sé como salirme de mi misma, ni tampoco como ver todo con una perspectiva diferente...

Hay una lluvia inevitable de cosas en mi cabeza. Quiero que se detenga, abrir un paraguas y pintar todo de un blanco veraniego, quiero usar cada cosa y maximizarla, pero se me hace imposible porque siento un bloqueo creciente y cuando me siento lista para poner todo en orden: No hay caso, no hay manera de que las cosas fluyan como solían...