9.7.13




A veces veo difícil unirnos en algo, llegar a salvo al otro lado, creer en un "Nosotros" cuando a veces sólo existe un yo en mi ecuación. 
No me había puesto nunca a pensar si yo quería proyectar en algo nuestra historia; y cuando me pongo en ese plan descubro que hay poco que planear, poco que medir, y casi nada que discutir cuando tengo claro que mis trazos no tienen absolutamente nada que ver con los tuyos. Que tu plan A es inversamente proporcional al mío, que cuando lo trazas en una mesa, con tus manos en forma de explicación no puede estar más claro el panorama. 
Siento entonces que voy a subyacer al dolor, a prevenir antes que lamentar, a hacer un corte sano y limpio. Fin.


Y es tremendo, casi terrible, porque por alguna razón la vida te puso justo aquí y debe ser por eso mismo por lo que hay días en los que parece que no puedo vivir sin ti, sin que me sostengas la vida, sin que me sanes a paso lento.


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