10.2.11


En especial no me gusta la lluvia, pero la extraña mezcla de truenos y llovizna que hubo hoy (para efectos más prácticos ayer) me transporto a otro lugar y a otro tiempo. El olor a tierra mojada, el sonido atronador proveniente del cielo y lo refrescante que resulto ser la garua: fue la mejor sensación que he tenido esta semana. Me recordó una vez que estuve en Mendoza con mi tía y la lluvia veraniega cayo sobre mi de manera demandante y serena, pero además me recordó el sur de Chile y su característico sabor y olor; ese lugar en su conjunto tienen ese magia propia y auténtica...



Siento una paz extraña, fuera de mi y desconcertante.



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